Como podemos ayudar a las Almas en el Purgatorio

Podemos empezar a ayudarlas formando parte de este apostolado, ya esto es dar el primer paso pues a medida que crece este grupo en esa proporción las animas se van a beneficiar, por lo que no solamente es suficiente con pertenecer sino que parte de nuestra labor es invitar y dar a conocer la importancia de esta devoción pues no solamente va a beneficiar a ellas sino que lograra en nosotros un camino de santidad si lo tomamos con seriedad pues al dejar de pecar por razones obvias poco a poco nos mantendremos en estado de gracia, por supuesto el pecado mortal ya no formara parte de nuestra vida y la lucha será contra el pecado venial y esto nos preparara para cumplir con la esencia fundamental del evangelio, no es una posición pasiva todo lo contrario el apostolado despierta un animo de amar primero a Dios y enseguida al prójimo se encuentre este en la iglesia purgante o militante.

LOS SUFRAGIOS

Sin duda alguna lo que mas ayuda a las animas son los sufragios es decir las santas misas principalmente las gregorianas instituidas por San Gregorio Magno en el siglo……….  Y que consisten en celebrar 30 misas consecutivas exclusivamente por un difunto y por el mismo sacerdote.
También tenemos las misas comunitarias es decir en estas se comparten las intenciones con varios difuntos pero repetimos que este sufragio es el mayor pues la misa tiene un valor infinito por ser el sacrifico perpetuo de nuestro Señor Jesucristo.

LAS INDULGENCIAS

La indulgencia es quizás la manera más fácil -la Madre Iglesia “siendo indulgente “con sus hijos-, por así decirlo. La indulgencia es una forma de quitar la pena temporal debida por pecado ya perdonado a través del Sacramento de la Reconciliación.
La indulgencia plenaria quita TODA pena debida por el pecado.
La indulgencia parcial quita PARTE de la pena debida por el pecado.

La idea detrás de las indulgencias es la de fomentar nuestro deseo de crecer en la vida espiritual y de llevar a cabo buenas obras. Requisitos para ganar Indulgencias.

Indulgencia Parcial
– Tener la intención de ganar la indulgencia.
– Llevar a cabo la obra u oración prescritas.
– Estar en estado de gracia.

Indulgencia Plenaria
– Tener la intención de ganar la indulgencia.
– Llevar a cabo la obra u oración prescritas.
– Hacer la Confesión Sacramental.
– Recibir la Sagrada Comunión.
– Rezar una oración por las intenciones del Santo Padre.

Una indulgencia plenaria puede obtenerse una sola vez en el transcurso de un día (excepto al momento de la muerte). Adicionalmente se requiere la ausencia de cualquier vínculo con el pecado, incluso el venial.

Aunque es apropiado que se reciba la Comunión y se rece una oración por las intenciones del Santo Padre el mismo día en que se realicen la obra u oración, el Sacramento de la Reconciliación puede recibirse ocho días antes o después de la obra u oración prescritas.

Como ganar fácilmente las indulgencias
Al haber leído el libro Ayúdenos a salir de aquí, cuyo prefacio es del P. Slavko Barbaric, O.F.M. y que se refiere a las visitas de las ánimas del Purgatorio que ha tenido la austríaca María Simma durante más de 40 años, éste me pareció de una riqueza espiritual formidable, en la que Dios nuestro “Señor” permite que nos beneficiemos con los consejos, orientaciones e indicaciones de estas almas.
Por otra parte, una vez consciente de todo esto, me da cierta tristeza que en algunos retiros, grupos de oración, grupos familiares, funerales, etc.
Además de pedir por ciertas intenciones propias del Sto. Rosario, no se obtenga al menos la indulgencia parcial.
En ocasiones son grupos hasta de 100 personas, que no aprovechan este “gran regalo” de la iglesia y que podrían ayudar a cientos o miles de almas y por consecuencia a ellos mismos, ya que orar por ellas es como dejar nuestra tarjeta de visita en el Purgatorio, donde pronto se corre la voz y la respuesta no se hace esperar.

Tomando en consideración todo lo anterior, hemos hecho este apartado, para que de una manera muy sencilla cualquier persona que reúna los requisitos establecidos por el magisterio de la iglesia pueda lucrar las indulgencias “Plenarias o Parciales” y aplicarlas en favor de los difuntos o para si mismo, en el caso de las plenarias.
Antes de proceder a ganar las indulgencias es muy importante que la persona entienda cuál es la intención principal que tuvo la iglesia para otorgar las indulgencias. En pocas palabras, lo que la iglesia quiere es que la persona que pretenda ganar las indulgencias viva un constante crecimiento espiritual, toda vez que uno de los requisitos es estar en estado de gracia, es decir sin pecado mortal y venial, e implica que la persona de una manera honesta y sincera evite permanecer y/o caer en pecado; Por lo tanto se confesará y comulgará frecuentemente y deberá mostrar un verdadero sentido de arrepentimiento antes de desear ganar cada una de las indulgencias. De lo anterior se comprende que si no se cumpliera con todos estos requisitos y el sentido de los mismos la indulgencia no se ganaría.

En algunos textos se indica que para ganar la indulgencia plenaria, es necesario que no transcurran más de 8 días después de haber confesado y comulgado. En ese lapso se puede obtener hasta una indulgencia diaria y aplicarla por un difunto distinto cada día, dejando éste el purgatorio al momento de aplicársela.
Con respecto a las parciales, éstas se pueden ganar varias veces al día según la disposición de la persona.
Es recomendable hacer una lista de personas difuntas, dejando un espacio para anotar a la derecha la fecha en que se aplicó la indulgencia, teniendo especial cuidado de incluir a aquéllas que por las cuales sabemos que nadie ha rezado u ofrecido misas.

El ganar indulgencias en nuestra vida diaria, debe convertirse en una práctica sencilla.
A continuación mencionamos un ejemplo:

En el caso de las plenarias, si he confesado con pleno arrepentimiento, he comulgado y hago por lo menos media hora de adoración al Santísimo Sacramento, más el rezo de un Padre Nuestro, Ave María y Gloria por las intenciones del Santo Padre, he ganado la indulgencia y puedo hacer lo mismo hasta 8 días.

Por lo que se refiere a las parciales, si estoy en estado de gracia, tengo el corazón contrito y el deseo de ganarlas, con sólo rezar el Angelus, ya he lucrado una indulgencia parcial.

Sin embargo para una visión completa al respecto, recomendamos leer lo siguiente:
Requisitos para lucrar

Indulgencias Plenarias
1.- Ser sujeto capaz
*Bautizado
*No excomulgado
*En estado de gracia

Indulgencias Parciales
2.- Concesiones Particulares
a) Oraciones
*ORACIÓN PRESCRITA
*Actos de Fe
*Actos de esperanza
*Actos de caridad
*Adoro te devote
*Angelus
*Bajo tu amparo…
*Comunión espiritual
*Credo
*Dales, Señor, el descanso…
*Dios te Salve, Reina…
*Letanías
*Magnificat
*Memorare (Acordaos…)
*Oración en honor de un santo
*Regina Coeli
*Te damos gracias, omnipotente Dios…
*Te Deum
*Ven, Espíritu Santo…

Indulgencias Parciales
2.- Concesiones Particulares
b) Acciones Piadosas
*OBRA PRESCRITA
*Hacer la señal de la Cruz diciendo “En el nombre del Padre…”
*Visitar al Santísimo Sacramento
*Enseñar la Doctrina Cristiana
*Aprender la Doctrina Cristiana
*Hacer oración mental
*Usar un objeto de piedad bendecido
*Leer la Sagrada Escritura
*Participar en un retiro mensual

Limosnas

Las Mortificaciones

Acciones practicas
La iglesia recomienda las mortificaciones ofrecidas, estas son muy diversas y muy extensas aquí se encuentran por ejemplo nuestros sufrimientos derivados de una enfermedad los cuales pueden ser ofrecidos incluso con alegría por el descanso eterno de estas almas pero también están las mortificaciones cotidianas por ejemplo las del cuerpo limitándonos en materia de alimentos a lo estrictamente necesario  pidiéndole a Dios no dejarnos llevar por el atractivo del placer. No tomar nada entre comidas a menos que haya una necesidad. Practicar la abstinencia y el ayuno en lo posible y con discreción. Regular el sueño evitando toda relajación y pereza si es posible fijándonos una hora al acostarse y otra al levantarse. En general no tomar descanso a menos de que sea necesario. Si sientes alguna ligera indisposición evita ser molesto para los demás con tu mal humor.

La imaginación y de las pasiones

  1. Cierra tus ojos ante todo espectáculo peligroso vano e inútil
  2. Cierra tus oídos a palabras halagadoras, a las alabanzas, a las seducciones, a los malos consejos, a las maledicencias, burlas hirientes, indiscreciones, a toda palabra que pueda causar el menor enfriamiento entre dos almas
  3. Si el sentido del olfato tiene que sufrir a consecuencia de enfermedades sopórtalo con una santa alegría.
  4. En lo que se refiere a la calidad de los alimentos se respetuoso del consejo de nuestro Señor coman lo que les presenten sin complacerse en lo que es bueno o mostrar aversión en lo que es malo consejo de San Francisco de Sales.
  5. Ofrece a Dios tus comidas e imponte una pequeña privación, niégate un grano de sal un vaso de vino una golosina siempre en discreción Dios lo tomara en cuenta
  6. Evitar todo contacto sensual toda caricia en la que hubiera cierta pasión.
  7. Soporta todo lo que aflige naturalmente a la carne.
  8. Mortifícate con el mayor cuidado sobre toda impaciencia, irritación e ira.
  9. Examina a fondo tus deseos y somételos al control de la razón y de la fe ¿No deseas una vida larga mas bien que una vida santa?, ¿Placer y bienestar sin tristeza ni dolores éxitos sin reveses, aplausos sin criticas, una vida cómoda y tranquila sin cruces de ningún tipo.
  10. Procura no contraer ciertas costumbres tales como las lecturas frívolas, de los juegos de azar etc.
  11. Trata de conocer tu defecto dominante y persíguelo hasta sus últimos repliegues.
  12. No te esta prohibido tener buen corazón y mostrarlo, pero mantente en guardia contra el peligro de exceder la justa medida.

Del espíritu y de la voluntad

  1. Mortifica tu espíritu evitándole todas las imaginaciones banas, los pensamientos inútiles que hacen perder el tiempo.
  2. Aparta de tu espíritu todo pensamiento de tristeza y de inquietud.
  3. Evita la terquedad en tus ideas y la obstinación en tus sentimientos. Deja prevalecer de buena gana el juicio de los demás excepto cuando se trate de materias que tienes el deber de pronunciarte.
  4. Mortifica el órgano natural de tu espíritu, es decir la lengua. Ejercítate de buena gana al silencio.
  5. Prefiere escuchar a los demás que hablar tú mismo.
  6. Sin embargo habla cuando convenga evitando el exceso de palabras.
  7. No interrumpas nunca al que habla y no cortes con una respuesta precipitada a quien te pregunta.